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domingo, 10 de noviembre de 2013

BOAKYE DA OTRO PUNTO





Boakye y su inspiración divina dieron ayer al Elche un punto en el Coliseum Alfonso Pérez. Su gol sirvió para lograr un empate en tierras madrileñas y para poner firme a un Getafe que se adelantó en el marcador gracias a una diana de Pedro León.
Aarón se fue de su marcador, Varela, y colocó un centro con rosca en el área, que remató de cabeza con suavidad al fondo de la red el ghanés. Una diana muy semejante a la que dibujó en el Martínez Valero ante el Real Madrid, aunque en aquella ocasión el servicio fue de Fidel. El delantero africano cruzó el balón de manera magistral y Moyá sólo lo pudo acompañar con la vista.
Boakye se puso firme, al más puro estilo del «pistolero» Nicky Bille, aunque sin revolver, y esperó a que sus compañeros llegaran para celebrarlo. El primero en abrazarle fue su socio Aarón. Escribá le había dado la oportunidad de jugar de titular y el futbolista cedido por la Juventus no quiso contradecir a su técnico y le pagó con un gol su confianza.
Quien no estuvo a la altura del partido fue el árbitro Teixeira Vitienes. El cántabro se «comió» dos penaltis muy claros en el área franjiverde. Lisandro tocó en dos ocasiones el balón con la mano y el colegiado las pasó por alto. En el descanso, alguien le debió indicar al señor de negro que no había pitado dos penas máximas y se mostró político con el Elche en la reanudación. Incluso, perdonó una segunda cartulina amarilla a Cisma, que hubiera significado su expulsión. La estúpida regla de la compensación llevó al árbitro a no dejar a nadie contento.
El Getafe sacó petroleo de un error de la zaga franjiverde para adelantarse en el marcador. Diego Castró abrió sobre Pedro León, el exmadridista ganó la espalda a Domingo Cisma, y con el balón en los pies hizo un recorte al lateral franjiverde, encontró hueco, y de potente zurdazo batió a Manu Herrera. Además, Carlos Sánchez resbaló y no llegó a la ayuda y el futbolista murciano lo tuvo muy sencillo para adelantar a los suyos en el marcador.
Un regaló que marcó el devenir de la primera parte. A partir de ese instante el partido cayó en un sinsentido difícil de digerir. El Getafe no quería correr riesgos y trataba de cerrar todos los huecos de mitad de campo para atrás, mientras que el Elche se mostraba romo a la hora de llegar al área de Moyá.
Rubén Pérez trataba de asumir galones de mando, Damián Suárez de romper por su banda, pero los franjiverde eran demasiado previsibles para hacer daño a un rival compacto y sin apenas fisuras. Tan sólo, a la salida de un córner, una mano de Lisandro dentro del área, la pasó por alto el cántabro Teixeira Vitienes, de la misma forma que lo había hecho en el minuto diez tras un disparo de Botía que despejó a lo portero de balonmano el central azulón.
Fran Escribá repitió inicialmente con el «trivote», igual que hizo ante el Real Madrid, formado por Carlos Sánchez, Rubén Pérez y Javi Márquez. De todas formas, sobre el campo, el equipo diseño un claro 4-1-4-1, con el colombiano por delante de los centrales y Rubén más libre para ser el dueño de la sala de máquinas franjiverde. Fidel se quedó en el banco y Boakye salió en punta en lugar del lesionado Manu del Moral. Coro, al igual que ante el Villarreal, comenzó el partido sentado al lado del preparador valenciano.
Al equipo ilicitano le costó interpretar el cambio de sistema. Saltó al campo demasiado desenchufado y excesivamente preocupado en no dar concesiones al juego entre líneas de su rival. Daba la impresión de que el equipo buscaba el resultado por encima de todo, después del borrón realizado ante el Villarreal.
Poco a poco, el Elche fue intentando más cosas, el árbitro no pitó un claro penalti de Lisandro, tras despejar con la mano un balón que había impulsado dentro del área Botía. Pero, en un error en la marca, Pedro León adelantó a los suyos. El muleño no es Zidane, ni Maradona, como dijo en su día su entonces entrenador en el Real Madrid José Mourinho, pero tiene calidad para llevar el balón dentro de la portería si se le dan ventajas como las que le ofreció ayer Cisma en dicha jugada.
Con el 0-1 en el marcador, el Getafe cerró líneas y confió que en una contra iba a sentenciar el duelo. Por contra, el Elche siguió fiel a su orden, una virtud que muy pocas veces pierde el conjunto de Escribá, pero a la hora de llegar al área de Moyá mostró muy pocas cosas.
Tras el descanso, el Elche, pareció dar un paso adelante en su intento de igualar la contienda. Carles Gil y, sobre todo, Damián Suárez y Aarón, trataban de provocar algún boquete en la barca rival, pero en muy pocas ocasiones lograban conectar con Boakye, demasiado solo adelante. Carlos Sánchez apenas aportaba nada en el plano ofensivo, Javi Márquez tan sólo ofreció un par de disparos sin rasmia, que no inquietaron a Moyá, mientras que Rubén Pérez se iba diluyendo en su intento de capitanear al equipo en la medular.
En esos momentos de zozobra, una jugada individual de Aarón, que sentó a Varela y colocó un balón en la cabeza de Boakye para que el ghanés empatara, obró el milagro.
Con las tablas en el marcador el Elche pareció ir a por el partido, aunque fue Manu Herrera el que tuvo que esforzarse para abortar un zurdazo de Sarabia que parecía irse dentro. Aunque, a continuación, Aarón tuvo en sus botas el gol del triunfo, tras una gran jugada, pero su disparo fue respondido por una parada espectacular del meta del equipo madrileño.
Fran Escribá puso en el campo a dos extremos, como Fidel y Stevanovic, para tratar de matar a su rival en alguna contra, pensando que se iba a volcar en el área de Manu en busca del triunfo.
Pero una cosa es la pizarra y otra el pasto. Y sobre el césped, la ambición de ambos equipos fue decreciendo a medida que el partido iba tocando a su fin. El Getafe lo intentó más como fuegos de artificio, sin mucha convicción y colocando siempre muchos jugadores por detrás del balón, para no perder el punto que tenía en el bolsillo, mientras que el fantasma del último minuto del partido ante el Villarreal apareció en los franjiverde, que dieron como bueno el empate.
Al final, justo reparto de puntos en un partido muy táctico en el que los dos conjuntos sabían a la perfección como jugaba el rival e interpretaron a la perfección que el que menos fallara iba a tener premio. Como sólo lo hicieron una vez cada uno, se repartieron el botín, aunque también es cierto que el árbitro pasó por alto dos penaltis que pudieron cambiar el rumbo del duelo del lado del Elche. En esta ocasión el árbitro no estuvo bien con los ilicitanos y favoreció al rival.

FUENTE : diarioinformacion

martes, 5 de noviembre de 2013

CRUEL FINAL ANTE EL VILLARREAL




El Elche perdió el punto que tenía en el bolsillo, en el minuto 89, cuando Hernán Pérez se fue de Damián Suárez por la banda izquierda y su centro llegó a Pereira, que en semifallo, dejó la pelota para que Uche la empujara dentro de la portería de un Manu Herrera que había sido el principal artífice, sobre todo en el segunda mitad, de que el equipo ilicitano llegara al final del partido con opciones de puntuar.

Se perdió de una manera cruel, ante un Villarreal que dominó hasta el minuto 70 y, cuando se supo salir de ese dominio, en un contragolpe te pillan y te quedas sin el premio al esfuerzo que se mereció la escuadra franjiverde tras su trabajo a lo largo de los 90 minutos de juego.

Sentó muy mal recibir ese gol al borde del final, sobre todo tras unos minutos finales en los que el Elche tuvo en la bota de Botía el gol de triunfo, pero haciendo un balance general del partido el Villarreal se mostró muy superior, aunque también es cierto que su tanto de la victoria llegó cuando ya prácticamente no se lo esperaba y después del esfuerzo realizado ya se conformaba con el empate. Una jugada individual de Hernán Pérez decidió y el Elche se quedó sin el punto que ya arañaba por un error en defensa y un exceso de ambición en buscar el triunfo.

El Elche tuvo la virtud en la primera parte de llegar vivo al descanso y eso ya fue un milagro dada la superioridad del rival y la poca llegada franjiverde al área de Asenjo a pesar de que la mejor ocasión de esos 45 minutos la dispuso en su cabeza Manu del Moral. En la única oportunidad que Carles Gil tuvo el balón con posibilidades de hacer daño sacó un preciso pase al centro del área y el mediapunta jienense remató al larguero.

El Villarreal contó con el dominio del esférico, controló el centro del campo y el trío formado por Cani, Trigueros y Bruno lograron desactivar al equipo ilicitano que se quedó partido en dos y sin que la gente de adelante tuviera posibilidad de desequilibrar. Carles Gil apenas entraba en juego y en un par de ocasiones Fidel logró desbordar por banda izquierda pero sin llegar a incordiar al meta del conjunto amarillo. El doble pivote formado por Rubén Pérez y Carlos Sánchez estaba demasiado metido atrás y la salida hacia el área rival prácticamente era una quimera. No tenía la posesión del balón y tampoco control.

Además, cada vez que el balón llegaba a Giovani parecía que podía suceder algo. Al menos, en la zona de atrás, se mantuvo el orden y a pesar de que daba la sensación de que el equipo castellonense era un torbellino, en los últimos metros tanto Botía como Lombán, además de los laterales Damián y Cisma, eran capaces de frenar todas esas acometidas. El portero Manu Herrera nunca tuvo un trabajo extra.

Desde el principio se pudo ver que los pupilos de Marcelino trataban de ser los propietarios de balón y con desparpajo se lanzaron hacia el área rival. Mientras, el Elche trataba de mantener el orden y que la distribución del balón de su rival no los mareara más de la cuenta a la espera de encontrar algún hueco en el que hacer daño.

Todo ello hubiera tenido la recompensa esperada si Manu del Moral hubiera metido el balón dentro de la portería de Asenjo, o que Fidel, en el 28, hubiera aprovechado un error defensivo para marcar, pero no controló bien.

La segunda parte comenzó con la lesión muscular del mejicano Giovani y enseguida se vio que el Elche metía una marcha en su intensidad. Pero el Villarreal no cesó en su empeño y Manu Herrera salvó en dos ocasiones, a remates de Mario y Bruno, que el submarino castellonense se adelantara en el marcador.

Poco a poco, el Elche fue saliendo de su caverna futbolística, vio que el Villarreal parecía faltarle el resuello después de poner tanto en el envite, e intentó llevar el fútbol a su parcela. Los cambios de Fran Escribá fueron encaminados a intentar hacer daño en alguna contra al rival y pudo conseguir el fruto apetecido, en el minuto 86, cuando Botía estrelló un balón en la madera tras un remate de cabeza en el segundo palo.

Parecía que el partido estaba más del lado franjiverde, pero mientras el Villarreal tuvo claro que cuando no puedes ganar un partido es mejor no perderlo, el Elche cayó en el error de ir a por todo y en una contra se quedó sin nada. Afirman que el que no arriesga no gana, pero también es cierto que los cementerios están llenos de valientes. El Elche fue el que todos conocemos en los últimos 20 minutos y justo en ese tiempo es cuando perdió el partido.

El equipo ilicitano cometió un error grave y lo pagó caro. Minutos antes Cisma no se cortó a la hora de hacer una falta que le costó una tarjeta. Damián no hizo lo mismo, dejó que se fuera a Hernán Pérez y el Elche se quedó sin un punto que ya saboreaba en el paladar. Pasó lo mismo ante el Real Madrid, aunque en aquella ocasión erró un árbitro llamado Muñiz Fernández.

Debut de Pelegrín
En el minuto 65, Sergio Pelegrín salió al campo en lugar de Lombán, que tuvo que abandonar el campo lesionado. Sufre una pequeña rotura en el sóleo y será baja el próximo sábado ante el Getafe.

El central catalán Pelegrín debutaba de estos momentos en Primera División después de meses lesionado. Al final encontró el premio a su gran trabajo en la sombra, no tuvo problemas en defensa, aunque se quedó con un mal sabor de boca al ver que el Villarreal se llevaba los tres puntos al borde del pitido final. En el Coliseum Alfonso Muñoz de Getafe tendrá la oportunidad de salir en el once inicial.